FORO SOCIAL EUROPEO, 6-10 NOVIEMBRE, FLORENCIA
Un sindicato contra el liberalismo: „La CES tiene que cambiar de camino“
Entrevista a Stephan Krull, delegado de la IG Metall alemana en Florencia
Il Manifesto (8 de Noviembre de 2002)
Felpa negra y pañuelo rojo al cuello, Stephan Krull tiene unos cuarenta años, es delegado de IG Metall de la Volkswagen y miembro de la secretaría de Wolfsburg, Baja Sajonia, el sindicado de los obreros mecánicos alemanes. Ayer en Florencia ha intervenido en el taller de trabajo de la izquierda de la Cgil, dónde ha contado las huelgas de este año concluidas con aumentos del 4% para el 2002 y del 3,1 para el 2003.
„Resultados – ha dicho – no completamente satisfactorios“. Pero también ha hablado de Europa y de luchas europeas.
IM- IG Metall propone una política contractual europeo uniendo sueldo y horario. ¿Cómo realizarla teniendo en cuenta las fuertes diferencias salariales entre los países, para no hablar de horario y condiciones de trabajo, destinadas a crecer con la llegada de los países del Este?.
SK- Sobre el horario de trabajo la reivindicación de las 35 horas semanales puede ser válida para toda Europa. En cuánto al sueldo, hace falta elaborar fórmulas comunes eficaces. Puede partir de dos elementos: evitar que los diferenciales salariales entre un país y otro todavía crezcan y una plataforma común mínima que imponga al menos la recuperación de la inflación y el aumento de la productividad.
IM- ¿Pero está la Confederación Europea de Sindicados a la altura de un desafío de este género?
SK- Absolutamente no, desgraciadamente. La actual estructura de la CES no se corresponde a esta exigencia y la Ig Metall, en efecto, es muy crítica. Estamos discutiendo cómo transformarla para hacerla capaz de conducir luchas a nivel continental. Es necesario también poner el problema del coste, del peso del aparato CES de Bruselas.
IM- El vuestro es un sindicato tradicional que se enfrenta aquí con un movimiento que va más allá del trabajo asalariado y junta jóvenes, estudiantes, precarios, asociaciones. ¿Que relación es posible?
SK- Si los sindicatos no fueran capaces de dar respuestas a estos movimientos, de intervenir, será su fin. Se trata obviamente de un desafío que también ha que recoger a nivel internacional. Nosotros tenemos que cooperar con todos los que critican los acuerdos de libre comercio, a partir de una organización como Attac.
IM- Usted ha dicho aquí que el SPD, en Alemania, ha vencido las elecciones „a pesar de si mismo“, a pesar de la desilusión provocada en amplios sectores de la clase obrera, y que tampoco el nuevo gobierno Schröder parece cambiar. ¿Cómo le apoyarán?
SK- Sobre la jubilaciones, la salud y ocupación están en discusión medidas que no tienen nada de social, que llevan al aniquilamiento del bienestar. Y si el gobierno continúa sobre este camino será un importante elemento negativo. Pero a nuestro parecer depende del sindicado. Sobre los socialdemócratas hoy hay una presión notable de parte de las asociaciones privadas, especialmente de la industria, y si nosotros no fuéramos capaces de ejerce
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